La nutrición es un tema que no suele ser asociado inmediatamente con las empresas, pero que tiene un impacto significativo en la salud y rendimiento de los empleados, así como en la eficiencia y rentabilidad de la empresa en su conjunto. En concreto, se ha demostrado que malos hábitos alimenticios pueden afectar a la productividad de un equipo hasta en un 20%.
Como bien sabemos, tener buenos hábitos alimenticos es esencial para mantener un peso saludable y prevenir muchas enfermedades crónicas, como: obesidad, enfermedades cardiovasculares, alteraciones lipídicas, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer. Además, hay que tomar en cuenta que dichas enfermedades aumentan el ausentismo y los costes sanitarios.
A pesar de ello, muchas personas continúan sin adoptar hábitos alimenticios saludables en su vida cotidiana. Algunas razones que obstaculizan a las personas para mejorar su alimentación incluyen la escasez de tiempo, falta de motivación y carencia de orientación.
La falta de orientación es preocupante, ya que mucha gente cree que se alimenta correctamente, cuando en realidad, no es así. El exceso de información errónea en internet puede llevar a la gente a tomar decisiones poco saludables basadas en datos incorrectos o poco fiables. Además de generar confusión y ansiedad en torno a las elecciones alimenticias.
¿Cómo puede influir la nutrición en los empleados?
En el ámbito de empresa una alimentación poco saludable, con un consumo frecuente y descontrolado de productos altos en sodio, azúcar y grasas saturadas, puede disminuir drásticamente la eficiencia y la motivación de un trabajador.
La mayoría de las personas dedican alrededor de 8 horas de su día al trabajo, y es común que cometan algunos errores de alimentación durante su jornada laboral. ¿Quién no ha recurrido a beber demasiado café? ¿Quién no ha picado chocolates, patatas fritas o bollos para controlar la ansiedad/estrés?
Llevar una alimentación saludable implica también ser flexible y permitirnos cumplir nuestros antojos de vez en cuando. Sin embargo, un abuso de este tipo de alimentos puede aumentar el riesgo de baja productividad. Un exceso de cafeína, en forma de chocolate, café, té, medicamentos…, puede causar nerviosismo, irritación, dolores de cabeza y, en consecuencia, disminuir el rendimiento mental.
¿Cómo puede la empresa invertir en una buena nutrición?
Las empresas pueden desempeñar un papel educativo en sus empleados, ayudando a crear conciencia sobre el tipo de alimentación que llevamos hoy en día y el impacto que tiene sobre nuestra salud.
Algunas estrategias y acciones que una empresa puede tomar son:
- Ofrecer aperitivos saludables en cafeterías o máquinas expendedoras, como frutas frescas, yogures bajos en grasa, proteínas magras, ensaladas, palitos de verduras con hummus, frutos secos al natural o incluso chocolate negro.
- Implementar programas de bienestar que incluyan talleres de cocina saludable, charlas de nutrición o sesiones de ejercicio.
- Proporcionar otros recursos educativos sobre nutrición como folletos, seminarios web o asesoramiento nutricional para empleados interesados. En este último caso, se puede buscar convenios con nutricionistas para ofrecer descuentos a sus empleados.
- Crear grupos vía redes sociales en donde puedan compartir recetas saludables, tips de cocina, etc.
